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jueves, 11 de septiembre de 2014

¡Me declaro culpable!



 Después de unas horas garabateando sobre un papel,  el corazón me latía a velocidad de vértigo. Amenazaba con salir disparado de mi pecho de un momento a otro. Las manos me sudaban y las piernas me temblaban delante de un jurado que se daría cuenta inmediatamente  de mi culpabilidad. De no saber crear una conexión coherente entre las palabras habilitar y concentración, sospecha y reservado y  trazar con ellas una historia original e interesante, capaz de ganar el concurso.

 Abatida y rendida  a mi propio interrogatorio sobre las palabras malditas, miré al jurado, después a mi abogado y finalmente  al juez, directo a los ojos, pupila frente a pupila. En un momento de arrebatadora sinceridad y valentía grité: ¡hoy me declaro culpable de no saber cómo escribir un  microrrelato sobre abogados!
 

5 comentarios:

  1. jajajaja!!! Muy ingenioso. Un final explosivo, mola!!.

    Hace unos días me dejaste tu enlace en mi blog; he estado bastante alejado de la blogosfera, pero al llegar el otoño siempre me vuelve la creatividad, agradecería una visita. Un abrazo. Mario.

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  2. Muchas gracias por tu visita y tu comentario, ahora mismo te devuelvo la visita. Saludos.

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    Respuestas
    1. Has visitado el de música, no sé si has visto este: misrelatosyesteblog. Besicos

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    2. No lo he visto, ahora me voy a dormir, mañana paso. Besos.

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    3. Muy lindo este microrrelato. Me gustó.

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