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martes, 3 de septiembre de 2013

LA ABUELA INES (RELATOS DE LAS CASAS NUEVAS)

 La abuela Inés.


 


 

La abuela Inés vivía  sola en una casa de mi calle. Su hija y sus nietas hacía tiempo que se habían marchado a vivir a la ciudad en busca de un futuro mejor. Era esa época en la que los pueblos se quedaban vacíos y las ciudades se llenaban de gente. Los abuelos eran los únicos que no se aventuraban a salir de su casa.

La abuela se sentía acompañada por todos los vecinos de la calle. Si alguna mañana tardaba en abrir la puerta para salir y barrer su trozo de acera, enseguida algún vecino llamaba a su puerta para ver si estaba bien.

Por las tardes, después de comer, se reunían varias vecinas en su casa para oír la radionovela, como casi todas las personas mayores, la abuela Inés estaba un poco sorda y ponía la radio muy alta por lo que no era necesario avisar a las demás vecinas de que empezaba el serial, la música del encabezamiento las avisaba. Se ponían todas alrededor de la mesa camilla,  unas hacían punto otras zurcían o ponían una pieza al mono de trabajo del marido, en fin, ninguna estaba parada mientras oían la novela “Simplemente María” .La Vivian  de tal manera que recuerdo oírlas hablar  de alguien muy malo como si fuese un personaje real, también lloraban a moco tendido las desdichas de la protagonista y siempre, siempre impartían justicia a favor del bueno, en eso no había lugar a dudas.

Un día mi vecino y amigo Pablito que era un niño travieso como el solo y con “retranca” como decía mi madre, pensó que las mujeres estaban demasiado entusiasmadas y él demasiado aburrido. Decidió el solito que ese día no oirían la novela. Como todas las puertas de las casas estaban abiertas, el se coló en casa de la abuela Inés y desenchufó la radio. Cuando faltaban unos minutos para empezar, la abuela empezó a darle vueltas al dial pensando que se había estropeado la radio, en ese momento entró Pablito y le dijo que se había ido la luz y que no podrían ver la novela, por supuesto se iban a perder el mejor capitulo de la temporada !No se le ocurre a la luz otra cosa que irse! oí decir a la abuela muy enfadada.

Al fin, cuando el niño se hartó de hacer rabiar a las mujeres, enchufó la radio y salió a la calle diciendo ¡¡¡abuela, abuela,  que ha venido la luz!!!!!

Alguien descubrió la broma y a mi vecino le dieron un buen castigo, aunque la abuela siempre perdonaba las travesuras, incluso poco tiempo después nos dejaba su casa para hacer guateques y la única condición que nos ponía era que no cerráramos la puerta y que no pusiéramos la radio muy alta.

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