La vida privada de Eladio y el ejercicio de la abogacía habían formado un todo indivisible, pero él no lo sabía.
ayer, Elegante como de costumbre: traje sastre, corbata impecablemente anudada y maletín de piel salio al pasillo, caminó unos pasos y entró en la sala donde iba a celebrarse su último juicio, le habia prometido a su amigo Pascual que le haría una defensa impecable y gratuita.
Un rato antes le pidio a la chica de la bata blanca un poco de intimidad mientras releía el expediente y se concentraba en la estrategia a seguir en su alegato final, pero ella lo interrumpía cada rato.
Cerró el maletin y fue hasta la sala de plenos, al empujar la puerta de entrada la alarma empezó a sonar y la chica de la bata blanca salio corriendo y gritando: " Eladio, pero dónde va usted con mi bolso?"Déjese de juicios!
El anciano no comprendía, ahora su amigo pensaría que todo habia sido una traición.
Dio media vuelta asido al andador y pensó en pedirle disculpas a su amigo, pero a mitad de camino se le olvidó .
No hay comentarios:
Publicar un comentario