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martes, 19 de septiembre de 2017

la belleza interior de Teresita.

La fealdad de Teresita era inversamente proporcional a la belleza de sus creaciones.
Desde sus primeros años de vida supo que no debía soñar con príncipes azules; el espejo le devolvía una imagen real y cruel de un cuerpo castigado por la genética.
Cultivó su mente y dejó volar su imaginación en favor de un don  natural para el arte.
Podía debatir sobre politica, ciencias, arte, literatura..... pero lo que mejor hacía era dibujar. Bosquejos que después se podían convertir en cualquier objeto preciado.
Teresita soñaba con diseñar un maravilloso  vestido y verlo desfilar en una pasarela de alta costura. Y su sueño se hizo realidad, pero ella no pudo verlo porque, paradojas de la vida, murio dos meses antes de la presentación.
Cuentan que, entre el público selecto de la pasarela, en un ángulo discreto, se veía una anciana deforme, casi un monstruo, con una sonrisa mágica que  encandiló a los  presentes,  que parecieron ver, por fin, la belleza de su interior de Teresita.




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