Un remanso de paz en medio del bullicio, una alusión a la naturaleza, una explosión de sonido y color de incipiente primavera.
Donde los viejos pasean su otoño impaciente, asídos a sus andadores, con la prisa de quien sabe que tiene poco tiempo para oir a los pájaros píar sobre sus cabezas.
Quizá la proxima primavera no llegue para ellos,ni los parterres vuelvan a llenarse de flores bajo su mirada cansada. Quizá, a mitad del tiempo que les queda, se detenga todo; por eso tienen prisa por oir el canto de los pájaros y ver la explosión de color de las flores.
Prisa por oir las risas infantiles al otro lado del jardin, ajenas a un reloj imaginario que marca una última hora.
Prisa por vivir el último y placentero aliento de vida, lejos del dolor, la soledad y el abandono de una sociedad que les ignora y les aparta porque ya solo saben caminar con prisa lenta y andares descordinados.
Donde los viejos pasean su otoño impaciente, asídos a sus andadores, con la prisa de quien sabe que tiene poco tiempo para oir a los pájaros píar sobre sus cabezas.
Quizá la proxima primavera no llegue para ellos,ni los parterres vuelvan a llenarse de flores bajo su mirada cansada. Quizá, a mitad del tiempo que les queda, se detenga todo; por eso tienen prisa por oir el canto de los pájaros y ver la explosión de color de las flores.
Prisa por oir las risas infantiles al otro lado del jardin, ajenas a un reloj imaginario que marca una última hora.
Prisa por vivir el último y placentero aliento de vida, lejos del dolor, la soledad y el abandono de una sociedad que les ignora y les aparta porque ya solo saben caminar con prisa lenta y andares descordinados.
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