Soño que una niña tomaba su mano y la conducía hasta el pasado.
Le ofreció un peine y se sentó en una silla baja de enea. Mientras trenzaba su pelo castaño se dio cuenta que la niña era ella misma. Aseada y repeinada, con el flequillo perfectamente alineado sobre su frente y dos ojos negros mirándola desde el pasado, pudo ver como se diluían ciertos resentimientos que con los años se habian hecho grandes y se enquistaron como un tumor maligno.
Empezó de nuevo a caminar y, como en un sueño dentro de otro, las imágenes de su vida se deslizaban y superponian pasando por delante a velocidsd de vertigo, hasta encontrar un orden: el de la conciliación con el pasado.
Al despertar notó una calma extraña. A la vez que salían los viejos rencores entraba en ella la brisa fresca de una primavera incipiente, aunque su otoño hacía tiempo que había empezado.
Le ofreció un peine y se sentó en una silla baja de enea. Mientras trenzaba su pelo castaño se dio cuenta que la niña era ella misma. Aseada y repeinada, con el flequillo perfectamente alineado sobre su frente y dos ojos negros mirándola desde el pasado, pudo ver como se diluían ciertos resentimientos que con los años se habian hecho grandes y se enquistaron como un tumor maligno.
Empezó de nuevo a caminar y, como en un sueño dentro de otro, las imágenes de su vida se deslizaban y superponian pasando por delante a velocidsd de vertigo, hasta encontrar un orden: el de la conciliación con el pasado.
Al despertar notó una calma extraña. A la vez que salían los viejos rencores entraba en ella la brisa fresca de una primavera incipiente, aunque su otoño hacía tiempo que había empezado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario