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jueves, 29 de octubre de 2015

una mariposa por Mauricia.

La víspera del dia de todos los santos, mi madre ponía aceite en un recipiente y encendía "mariposas de luz" para orientar por el buen camino hacia el  otro mundo a los ausentes.
Y decía mientra las encendia: Esta por padre, esta por madre, por la abuela tal, por la tia cual y así iba completando un elenco de difuntos a los que ella deseaba recordar.
Ahhhh! Decía, esta por Mauricia, ya se me olvidaba y es la que más lo necesita. Yo preguntaba que por qué el alma de esa mujer lo necesitaba más y mi madre respondía que había sido una mujer "de la vida"  es decir mala y bajaba la voz; yo no entendía nada.
Cuando se despistada y dejaba algun alma sin mariposa de luz, volvia corriendo a la cocina y encendia otra a la vez que comentaba que los muertos se le ponían en cola  y le recordaban que esperan su luz. Yo, con ocho o diez años imaginaba una fila de muertos descarnados, arrastrando sus sus pecados como gruesas cadenas, con el dedo indice apuntando a mi madre pidiéndole la luz que les llevaría al descanso eterno libre de pecados; Mauricia era la última de la fila y yo creía que vendría a llevarme si a mi madre se le olvidaba.
Lo primero que hacía cada año ese día durante mi infancia era encender la mariposa a Mauricia.

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