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sábado, 15 de noviembre de 2014

La bruja de la primea fila.


 

El chico miraba distraído  al público  mientras su jefe, el prestidigitador,  hacía sus trucos de magia. Entre el número de la chistera y la desaparición del conejo, se aburría hasta decir basta.

Aquel día estaba distraído con la joven  espectadora de la primera fila.

 La chica lo miraba fascinada, él miraba sus piernas perfectas, su pelo moreno y largo y  sus ojos verdes intensos, sus uñas largas y rojas, su peca en la mejilla derecha y su sonrisa que se tornó carcajada cuando después del último truco el chico desapareció.

 

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