Quise cruzar la
puerta de salida por última vez, cuando
volví a notar ese intenso aroma a lilas que flotabas a mí alrededor cada vez
que su recuerdo volvía y me invadía dejándome fuera de mí.
Desde el primer momento
supe que no me había abandonado, que su muerte no era suficiente para romper
nuestro nexo de unión, por encima de la vida, incluso de la muerte, nuestro
amor permanecía indeleble. En un equilibrio extraño entre su mundo y el mío.
La promesa estabas clara:
el amor eterno.
El medio para comunicarse
parecía que también, ese intenso olor a
lilas, su fragancia preferida, pero nunca supe como descifrarlo.
Cuando cerré la puerta de
nuestra casa para mudarme, un intenso olor a lilas marchitas me envolvió y
entonces supe que lo nuestro había acabado.
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