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sábado, 29 de noviembre de 2014

UN MONSTRUO DEBAJO DE LA CAMA






 
Un monstruo debajo de la cama.

Antes de acostarme miraba siempre debajo de la cama. Se convirtió en una costumbre mecánica, aunque no exenta de peligros.

Sabía que los monstruos se escondían allí, donde yo no podía verlos.

Entraba en la habitación, sigilosa, para no despertar sospechas. Me agachaba temblando, levantaba la colcha y el miedo se deshacía en un instante, como la nieve tardía.

Me metía en la cama, apagaba la luz y me tapaba la cabeza con la sábana; de ese modo los monstruos quedaban fuera de mi mundo. La levedad de las sábanas  cubriéndome salvaba mis miedos infantiles.

Una noche, que no estaban mis padres, después de ver una película de zombis con mi hermano, éste desapareció, se fue a dormir.   Entré en mi dormitorio, apagué la luz sin mirar debajo de la cama, ese día no, estaba segura de que algún zombi  había salido de la pantalla y estaba justo allí. Las manos me temblaban, el corazón me latía desbordado y cuando hice intención de retirar las sábanas para meterme dentro, una mano helada salió de debajo de la cama y me agarro el tobillo con una fuerza desmesurada. Grité y grité hasta asustarme de mi propio grito, era mi final, el muerto viviente estaba debajo de mi cama y............mi hermano, más asustado que yo, gritaba a su vez  desde debajo de mi cama que era él.

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