Llovía afuera y yo sin paraguas. La cosa no
hubiera tenido importancia en circunstancias
normales, pero tenia una cita con la que podría ser la mujer de mi vida.
Me había comprado un peluquín precioso y en la misma tienda me lo puse, me
quité de golpe diez años de encima, pero esta
inoportuna lluvia me iba a fastidiar la tarde. Me quité el peluquín para
evitar que se mojara, con tan mala fortuna
que cuando levanté la vista, ella me estaba mirando con un gesto que me
hizo retroceder de un salto, entonces me di cuanta de que
había perdido la oportunidad de
mi vida.
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