Si la imagen del espejo no me devolviera a la realidad,
pensaría que no ha pasado el tiempo.
Hoy he recorrido el mismo camino que a diario hacíamos para
ir al colegio, en realidad eran tres calles, que según nos parecía tomábamos al antojo del momento.
La nostalgia me va envolviendo a cada momento y me parece
que en los rincones están guardados nuestros gritos infantiles y a medida que
voy bajando las cuestas resuenan en mis
oídos como la música de otro tiempo que al volver a oír trae a la memoria eso
recuerdos guardados en el bolsillo del alma, donde se guardan los buenos y
malos recuerdos, que con el paso del tiempo
parece que siempre se vuelven buenos.
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