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domingo, 14 de septiembre de 2014

Indiferencia


 

No pudo evitar mirar de reojo la puerta del apartamento en el que vivió el mejor verano de su vida. Los recuerdos de aquel amor juvenil volvieron intactos a golpear su memoria y, como cada verano,  desde hacía más de quince, deseó volver a verlo.

 Aquella tarde, por fin, lo vio tumbado en la playa. El pulso se le disparó y el corazón le latió desbocado. Él, al verla, desvío la mirada indiferente, como si nunca la hubiera conocido. A ella se le llenaron los ojos de lágrimas porque el mejor recuerdo de su adolescencia acababa de llevárselo la indiferencia.

 

 

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