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domingo, 14 de septiembre de 2014

El mitin


De pronto cesaron los  aplausos y los gritos, el silencio se hizo absoluto, la oscuridad llenó el auditorio y sintió como su cuerpo iba cayendo poco a poco en un pozo sin fondo, no podía gritar para pedir que alguien le ayudara en su viaje a ninguna parte. Despertó dos días después en la cama de un hospital conectado a una máquina, sintió alivio al saber que solo había sido un infarto de miocardio, por momentos llegó a pensar que la muerte le había sorprendido en medio de toda aquella gente extraña que aplaudía a cada palabra que salía de su boca. Promesas en las que hacía mucho tiempo que él no creía  ,se tomó todo esto como una señal, como un aviso y a partir de entonces su vida tomó otros derroteros.

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