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domingo, 14 de septiembre de 2014

El secreto de Maria


·         el secreto de María


Por fin, con el último estertor de la muerte, le llegó el alivio que tantas veces había pedido, alivio al profundo sufrimiento que le sometía su cuerpo, también le llegó el descanso al dolor de su alma. Se quedó la habitación en silencio, pero aún resonaban por las esquinas sus últimas palabras.
Cuando intuyó que la muerte la acechaba, decidió llamar a sus hijos y hacerles participes, en primer lugar de un último deseo y en segundo de un secreto que no quería llevarse a la tumba, secreto que había guardado en un rincón de su alma, y que le había amargado parte de su vida.
María se quedó huérfana de padre cuando apenas tenía siete años, era la mayor de cinco hermanos, sus padres que Vivian en el campo pasaban muchas dificultades para sacar adelante a los cinco hijos, entre ellos dos gemelos que habían nacido poco antes de morir el padre, uno murió a los dos meses de fallecer el padre, el otro al año.


En estas circunstancias estaban cuando la madre decide ponerse a “servir“y emplear a la niña mayor (María)en casa de unos”soñoritos”para que hiciera de criada.
Su primera noche en esa casa fue un infierno, la alojaron en la parte de arriba en la buhardilla o recamara, donde guardaban las patatas, el maíz, las manzanas. La niña no pudo dormir en toda la noche porque las ratas correteaban por la habitación a sus anchas, haciéndose las dueñas de la situación, el camastro de paja era lo más incomodo que nadie pueda imaginar y por entre las tejas del techo podía ver la claridad que da la luna en la noche y parte del resplandor de las estrellas, hacía frió y ella no tenía a quién recurrir para que la abrigara. A la mañana siguiente sin apenas dormir y con el mínimo alimento como desayuno, le ponen un taburete para qué alcance al fregadero y poder limpiar las tazas del desayuno, después se puso a mullir los colchones de lana subida al taburete porque sus pequeños brazos no alcanzaban. Así, día tras día pasa los últimos años de su desgraciada niñez y los primeros de la adolescencia.


Aprendió todas las labores de una casa siempre llena de gente que no colaboraba en nada, María era la criada y estaba para eso .Nunca aprendió a leer ni a escribir, eso estaba vetado a las niñas de su clase social, a cambio fue obsesionándose con la limpieza, manía que la acompañaría el resto de su vida.
Siendo una adolescente aprendió a hacer labores como bolillos, era tan pulcra que nadie los hacia como ella, contando con que los realizaba a la luz del candil y cuando ya había acabado todo el trabajo que conlleva una casa de ricos, la señora, con malos modos, le decía que dejara de hacer labores porque le molestaba el ruido de los bolillos y ella tenía que hacerlos a escondidas pensando en que el día que ella se casara solo llevaría de ajuar lo que sus propias manos le proporcionaran(en aquella época era de suma importancia que una mujer aportara ajuar al casamiento) dato esto aproximadamente por 1890.época que en Andalucía reinaba la ley del “señoríto” con ningún derecho para el trabajador y aún menos para los más desfavorecidos como en este caso una niña huérfana.
Cuando la hija de la casa donde trabajaba se casó, a ella la llevaron para que fuera la criada de los nuevos esposos. Fue un casamiento muy aventurado porque la niña era rica y el era un simple comerciante que llegó al pueblo y puso una tienda de telas, todo el mundo murmuraba que el se casaba por el dinero de la niña, ya que esta estaba enferma y nadie le auguraba un futuro. La nueva señora tenía cada vez peor humor y trataba a su criada de malos modos.
La señora se quedó embarazada y nadie imaginaba que saldría delante debido a su delicado estado de salud .Finalmente nació una niña que colmó a todos de alegría pero la madre murió en el parto, y la niña un año después, a raíz de esto y para que nadie murmurara, a la criada María que era una chica joven y guapa la llevaron de nuevo a la casa de origen.


Tiempo después María se casó con un chico del que se enamoró perdidamente. Los primeros años fueron muy bien, pero poco después el marido empieza a beber y empieza un nuevo calvario para ella, con dos hijos, el comienzo de una enfermedad degenerativa su obsesión por la limpieza y el murmullo de todo un pueblo sobre un aspecto de su vida en el que ella hubiera sido incapaz de fallar, empieza la verdadera amargura de su carácter y de su vida.
Casi cada semana el marido se gasta el dinero que cobra en la cantina y la hija mayor tiene que salir a buscarlo y sacarlo del último rincón del bar para que llegue a casa algo de dinero.
En una ocasión, uno de sus hermanos que se fue a vivir a la ciudad, le propuso que dejara a su marido y se fuera con el , en la ciudad ella tendría posibilidades de emprender una nueva vida lejos de su marido, la madre de ella le dijo que cuando alguien se casa es un cargo que se echa encima y eso es irreversible, que se tendría que aguantar porque era lo que dios le había predestinado y si ella se iba que se olvidara de que en algún lugar tenía una madre ,que ella habría muerto para su hija. Tenían unas convicciones religiosas que rayaban lo absurdo pero que son difíciles de juzgar desde esta época.
En estas condiciones fue llevando su vida como pudo y ya avanzada su edad y su enfermedad tuvo otro hijo con 42 años una hija de 18 y otro de lo, se queda embarazada, oculta la barriga porque le da vergüenza, no sale a la calle en todo el tiempo que dura el embarazo y es la hija mayor la que se hace cargo del bebé cuando nace porque ella está muy enferma.


Aún así sigue con su manía de la limpieza, hasta tal punto que cada noche lava el” babi” del niño mediano para que al día siguiente lo lleve impoluto al colegio, todo esto no tendría importancia si no fuera porque en su casa no hay agua corriente y tiene que ir a lavar al río, o en su defecto traer cubos de agua para lavarlo en casa ,secarlo en la lumbre y al día siguiente al amanecer, poner ascuas en la plancha de hierro y planchar el babi para que el niño fuera impoluto al colegio .Tal era la fama que tenía que en una ocasión una señora observaba desde un balcón que el niño iba cada día al colegio con el babi impecable ,la señora pregunto de quien era hijo y cuando se lo dijeron ella respondió ah no me extraña entonces.


Da a sus hijos un sentido de la unión familiar que duró hasta después de morir ella y que siguió en la siguiente generación.


En una ocasión le compró una maquina de coser a una amiga porque esta estaba pasando un mal momento económico, se la compró a plazos le costó cincuenta pesetas y ha llegado hasta mi como un tesoro familiar, tesoro que uso y que está en un estado optimo para dar servicio otros cien años. Cuento esto para dar una idea del tipo de persona que era.

 
Durante muchos años, en la calle donde vivía Maria, todos sabían de su generosidad con el que no tenía ni para comer, siendo ya sus hijos mayores y habiendo mejorado la situación económica, ella siempre se acordaba del más pobre, del que pasaba hambre o fatigas. Casi cada mañana desfilaban por su casa, a la hora del desayuno, varios personajes que merecerían ser mencionados aparte porque esconden historias llenas de ternura, entre ellos una niña que su madre deja al cuidado de sus abuelos y estos no le dan de comer y la pobre va llena de piojos, en casa de María siempre hay algo para desayunar y a veces la hija mayor de la casa le quita a la pequeña los piojos que no la dejan ni dormir, en una ocasión le comunican a su madre su estado y esta viene al pueblo y se la lleva ,años después la primera visita que hace la niña cuando llega es a casa de María. también hay un mudo que pasa muchas penurias incluida un hambre atroz ,es hijo de madre soltera y en esa época esto es imperdonable, también para el hay alivio en casa de esta familia. Otro de los vecinos de la calle es una señora que en su juventud había sido prostituta y en la vejez se moría de inanición, para ella también había una ración aunque fuese de caldo, por lo menos así no se moría la pobre anciana.
Así de generosa era María, todo lo que la vida no lo había sido con ella. Estos valores también los transmitió a sus hijos.


En todos estos años, desde que ella era pequeña, toda la familia seguía trabajando para los mismos señores, desde la abuela hasta la hija pequeña pero sobre todo la relación de laboral era con el señor que se quedó viudo y para el que acabó trabajando toda la familia. Acabó siendo una relación casi de familia pues el señor nunca se volvió a casar.


En la guerra cuidaron del señor como si fuese de la propia familia, en alguna ocasión les llegaron a decir que por defenderlo y hasta esconderlo iban a meterse en problemas pero todos sabían que si lo dejaban a su suerte podría pasar lo peor, en aquella época se llevaban a la gente pudiente a trabajar en el campo y si se negaban lo hacían pagar muy caro, por las noches el hijo de María iba a dormir con el para protegerlo de posibles represalias, a cambio de todo esto el señorito se portó siempre muy bien con ellos y nunca pasaron ni hambre ni penurias ,después de pasar la guerra el señor seguía diciendo que esa no era su familia, que no eran de su sangre, pero algo cambió en el puesto que dejó casi toda su herencia a los que habían sido sus criados durante toda su vida, lo cuidaron hasta el último de sus días sin saber de su testamento, cuando se abrió a su muerte fue un escándalo total las habladurías corrían por el pueblo como un rió en época de tormentas.
Nadie pensó entonces en lo que está familia había hecho por el, nadie reconocía que le habían sacado de su aislamiento cuando murió su mujer, que su casa había sigo gobernada siempre en su beneficio nunca en el de los demás, incluso llegó a contagiar la sarna a todos los miembros de la familia, estos lo aguantaron todo porque se creían con el deber de hacerlo, quizá esos no eran suficientes motivos para que les dejara la herencia pero él así lo quiso, no sabia que iba a amargar la vida a mas de una persona.
El día de la boda de la hija pequeña de María, ya muy enferma ella, el murmullo de la gente se oía claramente, ella sin decir nada a nadie aguantaba estoicamente como había aguantado tanta desgracia a lo largo de su vida, a partir de ese día ya no volvió a salir a la calle, su enfermedad la mantuvo en cama hasta el día de su muerte y el dolor de que mucha gente pensara de ella algo que nunca había hecho la mantuvo alejada de la calle.


El día que se dio cuenta de que su final estaba cerca llamó a sus hijos uno a uno y les dijo los dos últimos deseos de su vida: les pidió que pasara lo que pasara en sus vidas, estuvieran siempre cerca para ayudarse en lo que necesitaran unos de otros, le hizo prometer que nunca por mal que fuesen las cosas se pelearían. Su deseo se cumplió con creces, los tres hermanos han estado siempre unidos a pesar de las diferencias que haya podido haber a lo largo de sus vidas, cuando Vivian los tres, llegaban a recorrer cientos de kilómetros solo para verse y si alguno tenía un problema siempre estaban detrás los otros dos para apoyar. Así hasta la muerte de los dos mayores. No solo consiguió con su deseo que sus hijos estuvieran unidos, el resto de familia también lo está y sin ella saberlo dejó como un legado, sus nietos y demás descendientes siguen conservando ese instinto de unión que ella deseó para los suyos. Mucha gente se pregunta como es posible que no haya enfrentamientos en esta familia y está claro que no hay ningún secreto, solo la intención de tolerar al otro y quererlo como miembro de una enorme familia.


El otro secreto, el mas doloroso , el que amargó la vida de una mujer ejemplar como hija, madre ,abuela, hermana, criada, vecina y amiga, fue el que sus hijos ya sabían porque en el pueblo mas de una persona se había encargado de decírselo y ellos por supuesto nunca habían creído.
Mucha gente pregonaba en murmullos que los hijos pequeños de María eran hijos del “señorito” y no de su marido, por eso pensaba la gente del pueblo que les había dejado la herencia. Esto es lo que Maria dijo a sus hijos: Podré haber pecado de algo en mi vida pero nunca de esto que se me acusa, ya se lo he confesado al cura que es lo que realmente me importa pero quiero que vosotros, mis hijos, sepáis que nunca cometí tal acción ,que todo es producto de la envidia de otras personas, vuestro padre es el que es y no el “señorito”, nunca ni por todo el oro del mundo hubiera consentido meterme en la cama de otro hombre que no hubiera sido mi marido , con todos sus defectos y sus pocas virtudes. Una enorme lágrima se deslizó por el surco que tenia en su cara, producto de años de amargura.
Al día siguiente se hizo el silencio que ella tanto anhelaba y sus hijos están tranquilos porque sabían que su madre había descargado el dolor de su alma y también el de su cuerpo

 

 

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