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viernes, 1 de febrero de 2013

La fotografía






La casualidad quiso que un día curioseando por Internet encontrara un blog en el que había fotos; pasé mucho rato deleitándome con lo que iba viendo, cuando estaba a punto de abandonar el blog me di cuenta de que en un pequeño apartado a la izquierda, había unas fotos antiguas ,en blanco y negro por supuesto .Con cierta impaciencia empecé a ojear una tras otra sin perder ni el mas mínimo detalle de cada una, aunque eran de mala calidad, descubrí una que llamó poderosamente mi atención .Esa foto había estado durante muchos años en la vieja caja de galletas de mi madre .
Me pregunto cuantas veces habré mirado esa vieja foto a lo largo de todos estos años.La última vez fue el verano pasado, cuando supe que la persona que la hizo había muerto de una manera un poco “rara”.
En el primer plano se puede ver al hijo del autor, a su lado mi hermana pequeña ,detrás mi hermano mediano y a su lado yo adolescente, han pasado casi cuarenta años desde aquel retrato y mi memoria lo conserva como si fuese la semana pasada, al fondo se ve uno de los pocos coches que circulaban por mi calle en los primeros años de la década de los 70 ;a la izquierda del coche se puede ver el cerezo de la discordia a la derecha las cosas todas iguales pequeñas ,encaladas con persianas verdes rejas de hierro y un pequeño jardín a la derecha de cada una de ellas .A nuestros pies, el suelo de barro que la lluvia emblandecía y en el que podíamos jugar con un clavo y una rayuela dibujada en el suelo.
Me parece ver también el tronco de una de las acacias que por entonces eran pequeñas y hoy son unos enormes árboles.
La afición a la fotografía de uno de los vecinos de mi calle ,es quizá la que ahora con el paso de los años ,a muchos chiquillos de la época ,el recuerdo de infancia lejana pero entrañable .Entonces casi nadie era dueño de una cámara de fotografiar ,solo se hacían por un acontecimiento especial o por un capricho puntual .Nosotros gozábamos del privilegio de tener a un vecino que, no solo nos hacía las fotos gratuitamente sino que de vez en cuando en las veladas interminables de los calurosos días de verano ,proyectaba películas en la fachada de su casa ,era una verdadera fiesta para la chiquillería del barrio.
En invierno a veces amanecía y nos sorprendía ver la calle cubierta de una espesa capa de nieve, era otro motivo mas para divertirnos y para que nuestro vecino sacara su tomavistas y grabara la pericia de los niños construyendo un enorme muñeco de nieve.
En aquella época, en la mayoría de casas éramos familia numerosa, nuevamente era el vecino el que hacia las fotografías en las que debía aparecer toda la familia, se armaba de paciencia para que no se moviera ningún chiquillo y la foto en cuestión fuera valida para el carné de familia.

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