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domingo, 14 de septiembre de 2014

Las bromas de Morfeo.


 

 

 

Llevo una hora buscando la salida del laberinto y cuando por fin consigo salir me encuentro en medio de un yacimiento arqueológico, rodeado de huesos humanos a medio enterrar. Alguien  grita que ya hay veredicto y que soy culpable, no  entiendo nada, no se a qué se refiere ni que triquiñuela está empleando para desquiciarme. Tengo mucho sueño, pero los gritos no me dejan dormir.

Suena el teléfono y mi abogado  dice que van a detenerme, que huya que salga del país. Empiezo a sudar, la ropa se pega a mi cuerpo.

En medio de tanta confusión grito que yo no he sido, que yo no he matado a toda esa gente, que llevan años muertos.

Una mano, desde mi espalda, me zarandea. Despierto bañado en sudor, sentado en una butaca del cine de mi barrio, en la sesión  golfa me he debido quedar dormido nada más ver el titulo

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