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domingo, 14 de septiembre de 2014

La clase de religión


Además me voy a chivar a mis padres; les desvelaré nuestro secreto. Gritaba Carlitos enfurecido, desde su pupitre en la última  fila de la clase de religión.

-sus amenazas ya no me asustan, dijo el niño dirigiendo todo su odio al cura que impartía la clase.

Los demás niños, enmudecidos, esperaban su último alegato. Algunos niños ya sabían lo que quería decir.

-Lo que usted me enseña no es anatomía, esto no es un juego.

Carlitos salio de la clase dando un portazo, estaba dispuesto a soportar con orgullo la primera bofetada que le iba a dar su padre cuando empezara a contarle sus juegos con el cura.

 

 

 

 

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