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domingo, 5 de mayo de 2013

Y VOLVÍA A SER EL ABUELO



Disfrazado de vendedora de manzanas el abuelo recorría el largo  pasillo hasta el salón común. Allí sacaba las manzanas del delantal que antes  robaba del frutero de la cocina, las frotaba hasta sacarles brillo y las colocaba en orden, formando una pirámide perfecta.
Una cola  de sillas de ruedas, andadores, canas  y bocas desdentadas se formaba delante y por riguroso orden de llegada. Entonces el abuelo aflautaba la voz y anunciaba su mercancía, las repartía todas a cambio de monedas imaginarias. Al acabar, se quitaba el disfraz, cambiaba la voz  y volvía a  ser el abuelo.

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